
Empezando el invierno de la temporada, la Junta Vigilancia del río Elqui, cumple con los volúmenes proyectados el año anterior, donde anunció su desmarque del 20%. Proyectando que llegaría al fin del invierno del 2023 con 40/45 MH3 de agua embalsada..
El desmarque es una herramienta que la organización utiliza para delimitar el consumo de agua en un porcentaje y poder cumplir con el reparto para todos sus usuarios y poder combatir la escasez hídrica. Dentro de un plazo establecido sólo para Juntas de Vigilancia.
“Conforme a lo dispuesto en el artículo 299 letras a), c) y e) del Código de Aguas, se solicita las medidas de distribución ordinarias y extraordinarias de aguas que ha adoptado o adoptará la JVRE , durante el año en curso para reducir al mínimo los daños derivados de la sequía, en especial aquellas que dicen relación con la seguridad de abastecimiento de agua de la población”, establece la circular emitida año a año, mandatada por la Dirección General de Aguas (DGA) de Coquimbo.
Alex Cortés Flores, Ingeniero Repartidor la JVRE, comento qué “Hoy la cuenca tiene agua para repartir a los usuarios, proyectamos un consumo de 160 MH3 en la temporada y caminamos hacia el término de esta con un estimativo de 45MH de agua en ambos embalses, cumpliendo con lo proyectado. Ahora la situación compleja es que en el escenario pesimista los aportes de la cuenca varían entre 2 a 3 MH3 más para embalsar; y necesitamos al menos 125 MH3 aproximadamente, sin considerar agua embalsada. Dependemos de las lluvias y nieve en cordillera para poder contar con el recurso para la próxima temporada, estamos partiendo con el invierno y esperamos salir de esta situación de crisis”.
Las proyecciones meteorológicas coinciden que será un invierno que se definirá tarde, donde al término de esta estación podría suceder un fenómeno climático importante; sin embargo, el escenario no es el más optimista. Para Pablo Álvarez, director del Laboratorio PROMMRA y el Centro Tecnológico del Agua Quitai Anko, se refirió a la situación regional, apuntando a que las tendencias hidroclimáticas en la región de Coquimbo y sobre todo, en la zona centro norte del país “son negativas. Esto quiere decir que las precipitaciones disminuyen, los caudales bajan, la línea de nieve asciende a más altitud y los niveles en los acuíferos van disminuyendo”, aseguró.
PRECIPITACIONES
Segun el modelo Todos los datos provienen de MERRA-2 Modern-Era Retrospective Analysis de NASA, en Coquimbo la frecuencia de días mojados (aquellos con más de 1 milímetro de precipitación líquida o de un equivalente de líquido) no varía considerablemente según la estación. La frecuencia varía de -0 % a 6 %, y el valor promedio es 2 %.
Entre los días mojados, distinguimos entre los que tienen solamente lluvia, solamente nieve o una combinación de las dos. El mes con más días con solo lluvia en Coquimbo es junio, con un promedio de 1,7 días. En base a esta categorización, el tipo más común de precipitación durante el año es solo lluvia, con una probabilidad máxima del 6 % el 30 de junio.
Para mostrar la variación durante un mes y no solamente los totales mensuales, mostramos la precipitación de lluvia acumulada durante un período de 31 días en una escala móvil centrado alrededor de cada día del año. Coquimbo tiene una variación ligera de lluvia mensual por estación.
La temporada de lluvia dura 2,5 meses, del 26 de mayo al 10 de agosto, con un intervalo móvil de 31 días de lluvia de por lo menos 13 milímetros. El mes con más lluvia en Coquimbo es julio, con un promedio de 21 milímetros de lluvia.
El periodo del año sin lluvia dura 9,5 meses, del 10 de agosto al 26 de mayo. El mes con menos lluvia en Coquimbo es enero, con un promedio de 0 milímetros de lluvia.
En el boletín climático elaborado por el área de meteorología del Centro Científico CEAZA, indica que para el mismo trimestre se pronostica que, respecto a la época del año, “las temperaturas promedio en toda la Región de Coquimbo estén por sobre el rango normal. Lo anterior implica que, de ocurrir episodios de baja temperatura mínima, éstos no serían frecuentes ni intensos; no obstante, durante este mes comienza la temporada fría en la zona central de Chile. Debido a lo anterior, se sugiere estar atento a los pronósticos”.
Con respecto al panorama del ciclo El Niño–Oscilación del Sur (ENOS), la fase La Niña ha finalizado, dando paso a una fase Neutra, la cual debiera extenderse, al menos, hasta julio. “Posterior a esa fecha, existe incertidumbre respecto a si la condición normal continúa o bien se transiciona hacia una fase El Niño (en principio asociada a precipitación sobre el rango normal en la Región de Coquimbo, pero existen otros factores que deben considerarse)”, sostiene el informe.
El meteorólogo de CEAZA, Tomás Caballero, explica que un pronóstico a largo plazo es poco certero “Debido a la naturaleza caótica de la atmósfera, donde pequeñas perturbaciones pueden desencadenar eventos extremos e impredecibles a esta escala temporal. Actualmente, el fenómeno de El Niño no es el único factor que determina la precipitación en la región, pues fenómenos como la mancha cálida y la oscilación Madden-Julian se superponen a los efectos de El Niño y hacen más compleja la tarea de realizar un pronóstico a largo plazo”.
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