
Sin duda, la postcosecha de la uva de mesa, para todos los países que proveen de esta fruta a los mercados internacionales es un tema clave, debido a la cantidad de días que deben transcurrir entre la cosecha y la llegada a destino del producto. Por ello, analizar los principales factores que ayuden a mantener la calidad del producto resulta esencial.
“El raquis es uno de estos factores, porque se convierte en un parámetro esencial de frescura, pese a no ser una parte comestible de la uva de mesa”, especificó el coordinador de la Unidad de Postcosecha de INIA La Platina, Dr. Bruno Defilippi, quien durante años ha estudiado cómo mantener la fruta en buenas condiciones, tras los 60 días e incluso más de 90 días que pueden transcurrir desde cosecha a mercado.
Respecto al raquis, el Dr. Defilippi especificó que, el escenario está marcado también por la gran cantidad de nuevas variedades, lo que determinará el producto que llegará a manos de los consumidores. “Hoy en día nos enfrentamos casi a 50 variedades de uva de mesa, es decir, todos individuos o genotipos diferentes que debemos analizar desde la precosecha en adelante. Todo esto en un contexto, en el que no existe además suficientes conocimientos sobre la fisiología del raquis, o de cómo este tejido funciona, ni menos de la tecnología a utilizar para su conservación”, dijo.
Por ello, agregó el Investigador de INIA, “en la Unidad de Postcosecha de INIA La Platina hemos avocado nuestros esfuerzos en conservar correctamente esta estructura vegetativa, para evitar la deshidratación y pardeamiento”, aclaró.
Para conocer más detalles sobre este tema, puede revisar el reportaje publicado en la Revista Red Agrícola | Ver más
Fuente: INIA
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