
Hace seis años ellos encontraban trabajo 1,2 meses antes que ellas. Las habilidades blandas que en general maneja mejor el género femenino han facilitado la tarea para que las trabajadoras puedan reinsertarse hoy en menos días que en años anteriores, ganando terreno y mejorando sus cifras en el mercado del outplacement.
Poco a poco las mujeres van ganando terreno en el campo ejecutivo de las empresas, aumentando sus rentas y presencia en cargos gerenciales a nivel país. Esto mismo es lo que sucede con los tiempos de recolocación, según las principales firmas de outplacement del país -People & Partners (P&P), Lee Hecht Harrison (LHH), PwC y Lukkap-, las cuales evidencian el recorte en la brecha temporal en que las profesionales se reinsertan al mundo laboral tras un despido.
En 2012, los hombres se reinsertaban 1,2 meses (36 días) antes que las mujeres, pero esta diferencia se ha ido acortando. En lo que va de 2018, la brecha entre ambos es menor a dos días, promediando ambos solo cuatro meses (ver infografía).
La gerenta general de LHH Chile, Carolina Riquelme, explica que las cualidades propias del género femenino les resultan claves al momento de enfrentar su transición laboral. "La habilidad para gestionar de forma colaborativa sus redes de contactos, sus mejores capacidades relacionales y un enfoque exclusivo sobre las pautas que se les entrega en los programas les facilitan el camino de recolocarse", afirma.
Si bien los actores del mercado concuerdan con que las estadísticas no evidencian una real diferencia en los tiempos de recolocación entre géneros, son las mujeres quienes terminan por ser más eficaces al momento de centrarse en la búsqueda de un nuevo trabajo.
La directora ejecutiva de P&P, Janet Spröhnle, comenta que el hecho de que ellas tengan la capacidad de intuir de mejor forma su despido las prepara a priori . "La mayoría de las veces no se encuentran sorprendidas, como sucede con los hombres. Ellas viven de una forma abierta las emociones de rabia, enojo y pena que suponen cuando te echan del trabajo, lo que les permite ponerse de pie antes que sus pares, que se "bancan" todos los sentimientos", dice.
Sin embargo, uno de los puntos que extienden el promedio de recolocación en el caso de las mujeres es la pausa reflexiva que realizan para reconectarse con su transición de carrera, pues abordan con mayor detención el "listado de pendientes" que arrastran por la ajetreada vida de trabajo. Spröhnle señala que normalmente se toman de uno a dos meses para reconectarse con "la familia, hijos y darse tiempo para ellas, lapso que es considerado dentro del período en que son despedidas hasta que encuentran nuevamente empleo".
Poca vergüenza al "qué dirán" les facilita su reinserción
Desde P&P explican que una de las etapas fundamentales en los procesos de reinserción laboral es la de generar redes de contactos. Acá es donde las habilidades blandas y sociales son las que comienzan a primar por sobre el currículum y la experiencia profesional previa.
"Los hombres se complican más al momento de hacer valer sus "amistades profesionales" o contactos, ya que sienten que están pidiendo favores lastimeros, todo lo contrario a lo que sucede con las mujeres, quienes -por nuestra experiencia- se muestran de una forma más desenvuelta y "entradora" cuando deben entablar relaciones laborales", agrega Spröhnle.
El director ejecutivo de Outplacement de PwC Chile, Matías Palacios, señala que factores como la idiosincrasia país dan mayores libertades a las mujeres en sus transiciones, ya que cumplen labores como proveedoras, mamás y dueñas de casa, lo que podría explicar los días de más que tardan en recolocarse versus el global con los hombres, pues ellos cumplen con la labor de solo "proveedor", forzándolos -en ocasiones- a tomar decisiones apresuradas en su búsqueda.
No obstante, Palacios agrega que las diferencias de tiempo terminan por traducirse en solo días entre ambos géneros. Uno de los factores que podrían explicar estas cifras son las brechas salariales. "Cada persona es un caso distinto, pero es efectivo que el mercado entrega remuneraciones más bajas a las mujeres que a los hombres, entre un 20% y 30%, y, por lo tanto, debiera ser más fácil la recolocación de ellas", señala el ejecutivo.
Misma opinión es la que tiene Carla Fuenzalida, directora ejecutiva de Lukkap Chile, quien comenta que la identidad repartida que posee la mujer le permite tomar con mayor ligereza el proceso, pero -al mismo tiempo- con mayor celeridad tras superar lo que significa una desvinculación.
"Ellas logran ser más sistemáticas cuando se enfocan en la búsqueda de un nuevo empleo, obteniendo mejores resultados en menores tiempos", finaliza Fuenzalida.
EL "HOMBRE PROVEEDOR" FUERZA SU TRANSICIÓN
El director de Outplacement de PwC Chile, Matías Palacios, explica que factores como la idiosincrasia país fijan la labor del hombre solo a la de "proveedor", lo que termina por forzarlo -en ocasiones- a tomar decisiones apresuradas en su transición laboral.
Fuente: Revista del Campo, El Mercurio
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