
Los avances en tecnología y técnica que se requieren para trabajar en un terreno en desnivel presentan desafíos constantes, tareas que convocan a fabricantes de equipos, empresa de servicios forestales e incluso a institutos de formación técnica-profesional
No es novedad que la geografía de Chile presenta desafíos para los ingenieros forestales al momento de cosechar en terrenos con pendiente, ya sea leve o pronunciada. Para el primer caso suelen usarse equipos harvesters, con sistema de winches para dar seguridad; y en el segundo caso lo más común son las torres de maderero, los que han ido evolucionando en el tiempo.
“El actual crecimiento del sector forestal, en bosque e industria, asociado a la gran exigencia en seguridad, medio ambiente y costos, obliga a una permanente evolución, que se ve reflejada en la necesidad de certificar cada uno de los procesos y en revisarlos permanentemente”, dice Rubén López, ingeniero forestal y gerente de Servicios Forestales Antumapu.
El especialista agrega que en Chile, hasta fines de la década de 1970 la cosecha con torres de madereo se utilizaba con el sistema Highline, que consistía en el uso de un cable sin fin, que con poleas configuraban el triángulo de madereo.
Pero en la década de 1980 las propias compañías forestales notaron que por rendimientos, costo y temas ambientales el sistema debía experimentar cambios y en esa búsqueda se trajeron seis torres de Canadá, las que a diferencia de la Highline, poseían dos tambores independientes: uno para el cable aéreo y otro para el cable de arrastre.
“Con este nuevo modelo de equipos, se conseguía que las cargas se trasladaran parcial o totalmente suspendidas, permitiendo un aumento sustantivo de la velocidad del trabajo y una notable disminución en el daño del suelo”, explica Rubén López.
Más tarde, durante la primera década del siglo XXI, se desarrolló el proyecto de Madereo Variable. “Propuso alterar el orden, permitiendo la extracción de la madera en un orden diferente: madereos largos y cortos, permitiendo además que los árboles puedan ser arrastrados por sobre los otros árboles volteados remanentes, disminuyendo de manera significativa el ‘surco de saca. Además, esta modalidad permitía regular la producción diaria de los equipos, ya que la madera es extraída en ciclos largos y cortos, evitando la notoria disminución de producción en remate de línea y el atochamiento de la madera al inicio de esta misma”, explica López.
“El actual crecimiento del sector forestal, en bosque e industria, asociado a la gran exigencia en seguridad, medio ambiente y costos, obliga a una permanente evolución”, dice Rubén López de Forestal Antumapu.
Sin embargo, esta evolución no se ha detenido. El crecimiento del sector forestal, la exigencia en seguridad, medio ambiente y costos, como señala Rubén López, obliga a un desarrollo permanente y al uso de tecnología.
“El gran desafío de la cosecha mecanizada asistida en el futuro está en la formación de nuevos operadores, pero con una visión y mentalidad diferente a la del antiguo operador forestal. Se requiere no solo formar a un operador productivo, sino que además tenga un sello diferenciador, con conocimiento en topografía y lectura de planos de pendientes, mecánica, hidráulica, seguridad, cuidado del medio ambiente y sobre todo involucrado con el proyecto y sus objetivos”, afirma Christian Saelzer, gerente de Operaciones de Forestal Antilemu.
Y es que hoy, por ejemplo, el proceso de cosecha con torres de madereo, se realiza con equipos de alta tecnología, en los que la automatización de los procesos es la base de las operaciones. “De este modo nuestros trabajadores y técnicos se ven enfrentados a un nuevo desafío, donde los sistemas incorporan componentes de alta tecnología, como software, joystick, controles remoto, entre otros, que deben saber leer e interpretar para conseguir los resultados esperados”, comenta Rubén López.
Otro de los puntos importantes son los equipos, los que en su mayoría vienen diseñados para territorios diferentes al chileno, según explica Christian Saelzer. “Creemos que una de las oportunidades de mejora al respecto es diseñar equipos para este tipo de sistemas, pero con variables en función del mercado chileno y sus condiciones especiales, como mayores índices de utilización del rollizo, bosques de todo tipo de tamaños, múltiples especies y productos a cosechar, amplio rango de pendientes y, en el caso del eucalipto, con altos niveles de densidad, lo que hace ser más pesada la madera”.
Christian Saelzer agrega que para ello el contacto con los fabricantes es vital, para escuchar las recomendaciones de los proveedores de servicios, pero además el desafío es el crecimiento tecnológico, aprovechando las plataformas disponibles hoy. “Por ejemplo, abriendo la planimetría a todos los actores que participan del proceso formando un círculo virtuoso donde podamos ver las diferentes variables topográficas y de condiciones, maximizando los niveles de producción en base a la toma de buenas decisiones diarias”.
“Claramente esta constante evolución no se detiene y continúa. Hoy como sector estamos hablando de cosecha en fuertes pendientes, utilizando para ello equipos asistidos con telecomandos, por ejemplo. También estamos pensando desarrollar drones con capacidad de levante de carga para extraer madera desde lugares de altas pendientes”, indica Rubén López.
Por su parte, Christian Saelzer estima que los avances en la maximización de recursos debe hacerse como equipo. “Clientes principales, dealers, instituciones de educación técnico-profesional y nosotros, como empresa proveedora de servicios somos los encargados de que todo engrane y funcione a la perfección”
Fuente: LIGNUM
Deje una respuesta Cancelar