El gremio AB Chile estima que la industria ha invertido unos US$ 21 millones en el reetiquetado, pero que otros US$ 50 millones se perderán, pues corresponden a productos que no alcanzarán a comercializar, por no tener las nuevas etiquetas.
Los signos con alto en azúcares, en sodio, en grasas saturadas o en calorías saltaron esta semana desde los pasillos de los supermercados hasta la mesa familiar, las conversaciones de amigos, las empresas, la Contraloría General de la República, y hasta los memes del WhatsApp.
Los discos negros que ya se pueden ver en los envases de diversos alimentos no han dejado indiferente a nadie, por la cantidad de productos que los llevan y por las complicaciones a las que se ha visto enfrentada la industria para adecuarse a la nueva norma de etiquetado de alimentos, cuya fecha oficial de debut es el 27 de junio.
Entre 22 empresas de alimentos que agrupa AB Chile -el gremio donde están grandes compañías, como Coca Cola, CCU, Nestlé, Carozzi, Agrosuper, Evercrisp e Ideal-, cuentan que de un total de 8 mil productos envasados que estas compañías socias fabrican, entre el 40 y el 50% lucirán en sus envase al menos un cartel con la advertencia "Alto en". Es decir, cerca de 4 mil productos superan en al menos uno de aquellos parámetros los límites establecidos por el Ministerio de Salud (Minsal).
"Hay categorías completas, como chocolates y galletas, que tienen el 90% de sus productos etiquetados con al menos una advertencia", estima el presidente de AB Chile, Rodrigo Álvarez. Agrega que del total de 8 mil productos, unos 1.550 se han reformulado entre enero de 2015 y marzo de este año, para bajar al menos un nutriente crítico, el 19% del total. Es decir, las empresas han modificado uno de cada cinco productos para que sea más saludable, lo que no necesariamente significa que hoy queden exentos de los discos negros.
La industria calcula que se han gastado US$ 21 millones en reetiquetado, cambio de diseño, nueva gráfica y pérdidas de etiquetas que ya no se pueden usar. Una sola variedad de bebida, por ejemplo, tiene que cambiar 23 etiquetas para todas sus presentaciones. "Hay empresas que ponen en el mercado 5 millones de productos al día, y cada uno potencialmente podría tener su etiqueta", sostiene Álvarez.
También estiman una pérdida para la industria de unos US$ 50 millones, que corresponden a valorizar los productos que no podrían comercializarse porque son "altos en" y no tendrán las nuevas etiquetas de advertencia el 27 de junio.
Otro tanto, que aún no han dimensionado, es el costo de la reformulación de productos, y tampoco saben si finalmente la nueva normativa traerá bajas en ventas.
Pérdidas millonarias
Hoy en AB Chile sostienen que la rotación en supermercados es tan alta, que el sistema en estas salas se va a acomodar con rapidez. Según ellos, la pérdida de US$ 50 millones en productos que no podrán vender por falta de la nueva advertencia está relacionada más bien con establecimientos mayoristas, almacenes, minimarkets y quioscos. También en las bodegas de algunas empresas productoras o importadoras de alimentos y bebidas.
Dicen que hay más de 200 mil puntos de venta repartidos por todo el país que podrían tener productos sin etiquetar.
Fruna tiene alrededor de 350 presentaciones y fue de las primeras empresas en comenzar a reetiquetar. En enero ya salían de sus bodegas alimentos con el nuevo disco. "Somos una empresa familiar chilena, y no somos como las empresas grandes que hacen lobby. Sabíamos que la ley iba a venir, no temíamos vender menos con las etiquetas, y además no nos queríamos quedar con productos que tendríamos que reimprimir para vender, por el costo", cuenta el gerente de desarrollo y marketing de Fruna, Nicolás Santiesteban.
Hoy, el 70% de los productos Fruna en venta están etiquetados, pero Santiesteban dice que hay algunos de menor rotación que no estarán listos. "Tengo 40 jaulas de galleta de coco sin etiqueta; estoy cruzando los dedos para que se vendan antes de que entre en vigencia la ley". Él las vende en sus propios locales mayoristas, almacenes y quioscos.
El Minsal ha dicho que situaciones como estas se verán caso a caso y que habrá una fiscalización más flexible. El Código Sanitario, en su libro décimo, establece las sanciones, que van desde la amonestación hasta el cierre, pasando por multas, decomisos y retiro de alimentos. Pero la jefa del departamento de alimentos y nutrición del Minsal, Lorena Rodríguez, detalla que se comenzará por fiscalizar a grandes distribuidores, grandes comercializadores y empresas que producen alimentos que son de alto consumo por niños, y luego seguirán con el resto. Además, de haber incumplimiento, se comenzará por amonestaciones, que dan un plazo para el cambio, porque al tratarse de una nueva normativa no hay incumplimientos anteriores. Los fiscalizadores serán los seremis de Salud de cada región.
A su vez, el Reglamento Sanitario de los Alimentos establece que toda la cadena es responsable en caso de incumplimiento: el fabricante, distribuidor y el que vende.
Adiós licencias, stickers y regalos o reducción de nutrientes críticos
Todos los productos que gocen de un acuerdo de licencia orientados a menores de 14 años -como las galletas de colación que usan princesas o Cars- no podrán comercializarse a partir del 27 de junio si superan la norma al menos en un nutriente crítico fijada por el Minsal. También tendrían que desaparecer los stickers y los regalos que vienen en los envases, siempre que estén orientados a menores de 14 años. Esto ocurre por la restricción de publicidad que prohíbe los ganchos promocionales para este rango etario.
Los fabricantes tendrían dos opciones para no verse afectados por estas situaciones. Una es bajar el nutriente crítico para poder seguir vendiendo el alimento con la imagen, licencia, sticker o regalo. Es lo que hizo Watt's al sacar azúcar añadida de sus néctares y poder seguir vendiéndolos con stickers de dibujos animados. La otra opción es cambiar el envase y sacar la imagen atractiva para los niños, como lo hizo Costa con su galleta Bimbo Ositos.
Watt's trabaja desde hace dos años para bajar los nutrientes críticos según la nueva ley de Etiquetado. "Todos nuestros néctares Watt's, y en especial las colaciones infantiles, cumplen con la nueva normativa, y al no tener advertencia no tenemos restricción alguna para realizar promociones o poder ser ofrecidos en quioscos de colegios", explican en la compañía. Lo mismo pasa con las leches con sabor y bebidas lácteas, como Super Calo, Shake Shake y Yogu Yogu.
"También hemos invertido en costosísimas líneas productivas de última generación para poder fabricar nuestras margarinas Calo, Sureña, Loncoleche y Regimel con niveles bajísimos de grasa y así tampoco tener logos de advertencia", sostienen.
En Nestlé dicen que cuentan con un proceso de mejora continua en el perfil nutricional de sus productos, independiente de la implementación de este reglamento u otro. Dan como ejemplo el cereal Chocapic, "que desde el año 2006 a la fecha ha reducido 60% su contenido de azúcar", sostiene Francisco Frei, gerente de Comunicaciones & Asuntos Corporativos Nestlé Chile, quien añade que en el último tiempo se han acelerado algunos procesos.
Sin embargo, no todos sus productos se pudieron salvar del disco. "En lácteos o café, prácticamente no llevarán ningún símbolo "Alto en". En cambio, otras categorías, como galletas y chocolates -dado que los límites se establecen por 100 gramos, y no por porción-, sí llevarán uno o más símbolos casi en su totalidad", advierte Frei.
Hay productos que desaparecerán del mercado
Pero hay ciertos productos que por su naturaleza son un juguete, y saldrán del mercado. Un ejemplo es PEZ, un dulce cuyo dispensador trae una carita de distintos monitos de moda y licencias de Disney. Hace dos meses que la empresa Dulce Locura dejó de importarlos, y desaparecerá de las góndolas, explica Ariel Krichmar, dueño de la importadora.
"Según la ley, la conjunción entre el juguete y los caramelos están prohibidos. No lo podemos comercializar más porque el caramelo supera el índice permitido de azúcar y el juguete podría atraer al niño", dice Krichmar, quien explica que la ley es clara en prohibir el gancho comercial que es el juguete.
PEZ es el 50% de su facturación, y además no podrán vender dulces de Hello Kity y Driver Pop, que son caramelos con formas de chupete. Los Peta Zeta, dulces de azúcar que estallan en la boca y vienen de España, los están reetiquetando en sus bodegas para poder seguir vendiéndolos, porque la empresa de origen no le hace un nuevo empaque. Calculan que han gastado entre $4 millones y $6 millones al mes solo en etiquetas.
Otro producto que podría ser afectado por la nueva normativa es la Cajita Feliz de McDonalds. Lorena Rodríguez aclara que la restricción de publicidad dirigida a niños corren para todos los alimentos que han sido adicionados de azúcares, grasas saturadas o sodio o son altos en caloría y que superen los límites fijados por el Minsal, independientemente de si están envasados o no.
En McDonalds dicen que funcionan con apego a la legislación vigente, pero no aclararon si seguirán comercializando la Cajita Feliz con juguetes. Franquiciados aseguran que la seguirán vendiendo.
Hoy en su página web promocionan la Cajita Feliz especificando las calorías de los productos e incorporan alternativas, como tomates cherry en vez de las papas fritas y suman jugo y yogurt Light o compota de frutas a esta caja.
"Un establecimiento puede vincular un juguete a un yogurt natural con frutas, pero no a alimentos adicionados con nutrientes críticos, azúcares, sodio o grasas saturadas, que estén sobre la norma", aclara Rodríguez.
La publicidad para niños
La parte más olvidada de la ley son las nuevas normas de publicidad, que prohíben la publicidad dirigida a menores de 14 años de los alimentos que tengan altos índices.
Para definir si la publicidad está orientada a ellos, la norma dice que se verá si usan personajes y figuras infantiles, animaciones, dibujos animados, juguetes, música infantil, si contempla la presencia de personas o animales que atraigan el interés de menores de 14 años, o si contiene declaraciones o argumentos fantásticos acerca del producto o sus efectos, voces infantiles, lenguaje o expresiones propias de niños, o situaciones que representen su vida cotidiana, como son la escuela, el recreo o los juegos infantiles.
Si hay una publicidad para alimentos o bebidas "altos en" que no esté dirigida a niños, tampoco puede transmitirse en programas de televisión o sitios web dirigidos a menores de 14 años o que capten una audiencia igual o mayor a 20% de estos menores.
Si se transmite publicidad de un alimento "Alto en" que no esté dirigida a niños en algún horario -por ejemplo, el nocturno-, deberá contener un mensaje que promueva hábitos de vida saludable. Las características del mensaje las determinará el Ministerio de Salud a través de un decreto supremo, pero aún no se decide qué dirán y no estará lista el 27 de junio.
Rodrigo Álvarez explica que aún no saben qué criterios se utilizarán para medir audiencias, ni tampoco tienen claro qué se considerará un mensaje dirigido a niños. Y pone una luz de alerta en la pérdida de avisadores en televisión.
En el Minsal dicen que a cargo de la fiscalización estarán los seremis de todas las regiones. "Existen empresas que recopilan la publicidad que se hace en todos los medios, y vamos a contratar sus servicios para (la categoría) alimentos. Estamos haciendo convenios con el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) y estamos haciendo licitaciones para comprar información", dice Rodríguez.
La marca registrada está protegida
¿Desaparecerán imágenes famosas como Billy Bilz y Mike Pap? Si figuras como estas están inscritas en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi), están protegidas.
"El Minsal, la Contraloría y todas las autoridades han dicho que esta legislación no altera la propiedad intelectual. Dependerá de lo que inscribiste lo que puedas usar", reconoce Rodríguez.
Por ejemplo, las dos caritas de los dulces marca Ro Ro están inscritas, y por eso no deben ser eliminadas de sus envases. También el osito de Ideal, y otros personajes.
HAY CATEGORÍAS, como chocolates y galletas, que tienen el 90% de sus productos con al menos una advertencia.
EL MINSAL DICE QUE PARA VIGILAR la prohibición de publicidad para niños menores de 14 años contratarán empresas especialistas y harán convenios con el CNTV.
La lucha de la industria de alimentos y bebidas con el Ministerio de Salud y los supermercados
La ley que regula el etiquetado es la 20.606, que data de julio de 2012. Su reglamento fue publicado en el Diario Oficial en junio del año pasado, dando un año de plazo para su entrada en vigencia, el 27 de junio de 2016. Esta normativa ha desatado un duro debate entre la industria de alimentos y el ministerio y también con los supermercados.
El gasto en que están incurriendo las empresas de alimentos con esta ley es una de sus preocupaciones. En Watt's dicen que los costos más graves se debieron a "la enorme pérdida generada por el sorpresivo cambio de criterio de aplicación de la ley, de fecha de fabricación a fecha de comercialización al detalle".
¿Por qué cambio de criterio?
En AB Chile dicen que los últimos veinte cambios de etiquetado siempre se aplicaron a partir de la fecha de elaboración del producto. En el Minsal dicen que eso nunca se dijo en el nuevo reglamento, por lo que se debía tomar el 27 de junio como la fecha de entrada en vigencia para la comercialización. En esa fecha solo se podrán vender productos con el nuevo rotulado. Tema que fue corroborado por la Contraloría General de la República.
Esta disputa demoró los cambios de etiquetas porque las empresas confiaban en que regiría el criterio de "elaboración" y podrían vender stock antiguo después del 27 de junio. Además, en la industria dicen que las compañías de alimentos y bebidas se demoraron en dilucidar si les correspondía o no poner los signos de alerta porque primero debían entender qué nutrientes críticos se consideraban "adicionados" al producto y cuáles eran "naturales".
La jefa del Departamento de Alimentos y Nutrición del Minsal, Lorena Rodríguez, retruca que desde 2006 que los alimentos tienen un etiquetado nutricional obligatorio y que mirándolo la empresa podía saber si estaba afecta o no.
El 22 de abril los productos Ro Ro cambiaron su etiquetado, explica el gerente general de Anson Trading, propietario de la marca de caramelos, Nicolás Essus. Consultado si para reetiquetar tuvieron que analizar el producto, dice que no. "Hubo que ver las tablas nutricionales del producto y compararlo con las exigencias de la ley para ver si calificaban como 'alto en'", responde Essus.
Ellos partieron poniendo stickers con el rotulado de advertencia en sus envases y ya tienen nuevas bolsas con los signos impresos. El costo del cambio de envases para esta compañía que produce 5 mil kilos de caramelos mensuales fue de $3,5 millones.
La controversia por la fecha saltó también a los supermercados, pues estos operadores -para no caer ellos en incumplimiento el 27 de junio- comenzaron a aplicar estrategias, como descuentos, para agilizar la venta de stock sin nueva etiqueta.
El presidente de AB Chile, Rodrigo Álvarez, manifiesta que las 22 empresas que representa venden "a firme" los productos que los supermercados les piden. No existe consignación ni otro sistema intermedio, y que por eso la liquidación o la pérdida del producto es de cargo de los supermercados. "Pedir que uno participe en las liquidaciones me parece un abuso", recalca Álvarez
"Me mandan mails de liquidaciones. Me proponen 50% de descuento y que cada uno ponga la mitad. Es complicado, pero nosotros vivimos de ellos y tenemos que seguir un poco las reglas del mercado", cuenta Ariel Krichmar, dueño de la importadora Dulce Locura, que tiene productos como los PEZ, Hello Kitty y otros con forma de chupetes infantiles, que tendrán que salir del mercado el 27 de junio, porque son productos altos en azúcares asociados a juguetes, que no permite la ley.
Pero en los supermercados detallan que se anticiparon a principios de año a hablar con los proveedores y establecieron un calendario para subsanar esta situación. En Walmart, que tiene los supermercados Lider, Ekono, Super Bodega Acuenta y Central Mayorista, mandaron cartas a sus proveedores a fines de enero, avisándoles que a partir del 31 de marzo no recibirían mercadería sin el etiquetado. Y aseguran que "toda promoción especial cuyo origen sea la presencia o no del nuevo etiquetado de producto es realizada consensuadamente con los proveedores".
En SMU, que maneja Unimarc, Alvi, Mayorista 10, OK Market y Telemercados, mandaron los informativos en febrero explicando la ley y diciéndoles a sus proveedores que a partir del 1 de mayo la compañía no recibiría aquellos productos que, afectos a la ley, no cumplieran con el nuevo etiquetado. Reconocen que en algunos casos flexibilizaron los plazos y que para agotar el stock sin rotulado han trabajado en conjunto con los proveedores. "Hemos implementado una serie de medidas como rotación de productos, reetiquetado, promociones, cambios físicos de productos y otras acciones", dicen en la cadena.
En Cencosud, plantean que en los supermercados Jumbo y Santa Isabel no deberían tener inconvenientes para cumplir con la normativa por la rotación de stock . Dicen que el tema lo han trabajado con los proveedores y que no se está pensando en hacer campañas o liquidaciones.
Reino Unido usa un sistema de "semáforo", y en Ecuador flexibilizaron la norma en algunos puntos
En el Reino Unido se escogió el semáforo como imagen de advertencia de nutrientes de los alimentos. Este entró en vigencia en junio de 2013; pero de manera voluntaria, porque la normativa de la Comunidad Europea no contempla este tipo de etiquetado. Empresas como Nestlé, Mars y PepsiCo se sumaron.
El semáforo inglés no es uno tradicional de tres luces. Es un círculo dividido en cinco categorías, que señalan cuánto provee de calorías, azúcar, sodio, grasas y grasas saturadas. Los productos marcados con rojo no se aconsejan; los amarillos se consideran que están bien, pero no son del todo saludables, como sí lo son los verdes, de acuerdo a un máximo fijado por la autoridad sanitaria inglesa.
El sistema fue rechazado por la Comunidad Europea, porque ponía luz roja a productos tradicionales de la UE, como el jamón ibérico.
El etiquetado tipo semáforo entró en vigencia en Ecuador en 2014, cuando el Ministerio de Salud de este país lo fijó para los alimentos procesados. La gráfica alerta de la presencia de grasa, azúcar y sal. El rojo especifica si el contenido es alto; el amarillo si es medio, y el verde, bajo.
En dicho país se dio seis meses para la implementación en empresas medianas y grandes y un año para las pequeñas. Pero luego la norma se modificó en cuatro puntos: permitió sacar las advertencias de la parte frontal, donde habían sido ubicadas; permitió a los alimentos importados usar stickers y que no se obligara a traerlos rotulados desde el país de origen; quitaron la obligación de los semáforos para los Duty Free y ampliaron el plazo para la implementación de la norma.
En enero de 2016, el Presidente Evo Morales promulgó la Ley de Promoción de Alimentación Saludable en Bolivia, que exige incluir en las etiquetas de todos los alimentos una alerta sobre el contenido de azúcar, sodio, grasas saturadas y químicos. Además, obliga a entregar agua en restaurantes y colgar en sus muros mensajes que promuevan la alimentación saludable. En la publicidad prohíben mensajes que induzcan a engaños, como usar imágenes de frutas y verduras para alimentos o jugos que no los contienen. La ley se implementará en un año.
Fuente: El Mercurio
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