En la reunión se indicó que la producción será derivada a las plantas de Los Ángeles y Linares.
Preocupación y molestia existe entre los productores remolacheros de la zona, debido a la decisión de Iansa de suspender el procesamiento del producto en la planta Cocharcas, de San Carlos, durante la presente temporada.
El gerente agrícola y de operaciones de Iansa, Álvaro Prieto, sostuvo una reunión el jueves con dirigentes remolacheros de todo el país para dar a conocer esta decisión, motivada, según habría informado la empresa, por una disminución de las hectáreas contratadas para la presente temporada debido a las precipitaciones registradas en la primavera. De esta forma, de las 16 mil hectáreas contratadas, solo se podrían concretar efectivamente un 87%.
En la cita, el ejecutivo habría precisado que los productores ubicados al sur de la planta Cocharcas, tendrán que enviar su producción a la planta de Los Ángeles, mientras que aquellos ubicados al norte, tendrán que llevarla a Linares, cuando se desarrolle la cosecha, entre abril y septiembre. Se les indicó que Iansa financiará la diferencia en el valor del flete.
LA DISCUSIÓN intentó sin éxito obtener una versión de Iansa, puesto que se informó que la próxima semana se abordará el tema con la prensa. Se subrayó, sin embargo, que esta medida sería puntual, es decir, solo durante la presente temporada.
Reacciones
Carlos Smith, vicepresidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, expresó que lógicamente existe una preocupación por lo que esta decisión significa para los remolacheros, “porque si bien se dice que se trata de una medida puntual, no existe certeza si este escenario se repetirá el próximo año, y esta incertidumbre podría incidir en las decisiones de siembra para la próxima temporada, que comienza en junio próximo”.
Smith agregó que la suspensión de las operaciones de Cocharcas también tendrá un efecto negativo en los transportistas, y por lo tanto, en la economía local.
“Hoy es el momento de las vacas flacas, pero la gente ya está cansada, porque cuando las vacas estaban gordas, la gordura se quedó para la empresa, y ahora que las vacas están flacas, la hambruna es para los dos”, sostuvo Smith, en alusión a la sostenida baja en el precio internacional del azúcar, lo que ha afectado a la industria.
En la presente temporada, el precio acordado por la compañía y los productores fue de US$52 por tonelada (en 2014 fue de US$57,5), en tanto, los rindes promedio de la temporada pasada fueron de 94 toneladas por hectárea, aunque los productores especializados superaron las 120 toneladas.
Por su parte, Hernán Martínez, presidente de la Asociación de productores de remolacha de Ñuble, quien estuvo presente en la reunión con Prieto, declinó referirse al tema, en razón del acuerdo al que se llegó al interior del gremio, en el sentido de espera que Iansa emita una declaración oficial sobre esta decisión.
Sin embargo, reconoció que la disminución de la superficie de remolacha en la zona centro sur ha sido motivo de preocupación en el sector, haciendo dudar de la sostenibilidad de la operación de las tres plantas (Linares, Cocharcas y Los Ángeles), en términos de rentabilidad.
De hecho, en las últimas tres semanas sonaban cada vez más fuertes los rumores respecto de un cierre definitivo de la planta Cocharcas, que el 22 de noviembre pasado fueron desmentidos a LA DISCUSIÓN por el gerente general de la compañía, José Luis Irarrázaval. “No veo ningún cambio en la estructura de las plantas”, afirmó en esa ocasión.
No obstante, reconoció las dificultades por los bajos precios del azúcar: “Los precios internacionales han pasado por los niveles más bajos de los últimos seis años. Para azúcar refinada, hemos estado por debajo de los US$350 y eso no se había visto desde hace tiempo. Pero en los últimos dos meses hemos visto una recuperación de estos precios. Parecería que con esos valores de 350 dólares por tonelada, son muy pocos los productores mundiales que podrían sostener o mantener sus operaciones y, por lo tanto, habría algunos que han estado saliendo del negocio. Para el año 2016 se prevé un cambio en el mercado. Se está previendo un pequeño déficit de azúcar para 2016, y para 2017, uno mayor. Esto debería impactar en los precios internacionales”.
Asimismo, en aquella entrevista, Irrarázaval adelantó en parte lo que se venía para Cocharcas: “justo en el período de siembra tuvimos un régimen de lluvia más fuerte, más intenso de lo que habíamos planificado o estábamos acostumbrados. Esto nos trajo problemas a la siembra y no pudimos completar la superficie que teníamos contratada. Es por ello que estamos buscando las eficiencias para poder procesar una menor cantidad de la que esperábamos”.
Esa eficiencia se lograría con la operación de dos, y no de tres plantas, para una cantidad de remolacha que ha disminuido.
Efectos
En la reunión se adelantó que la decisión no se traducirá en despidos al interior de Iansa, ya que solo cerraría la recepción y procesamiento de remolacha, aunque sí se registraría menos contrataciones durante la temporada.
Y si bien los remolacheros obtendrán los precios establecidos en los contratos firmados con la empresa, y no tendrían que pagar un flete adicional por la mayor distancia de las plantas que recepcionarán la remolacha, sí existe una preocupación por la logística, ya que el transporte de la materia prima es confiada, la mayoría de las veces, a pequeños empresarios, muchos de los cuales tienen apenas un camión, y poseen algún grado de cercanía con el productor, ya sea por amistad o parentesco.
La planta
El complejo de Iansa en Cocharcas es el principal del país, con una capacidad de refinación superior a las 200 mil toneladas de azúcar al año, gracias a lo cual es responsable de cerca de la mitad de la producción de la compañía.
A ello se suman las inversiones que se han desarrollado en la planta en el marco del Plan Dulce, que significó la ampliación de la capacidad de refinación, con la incorporación de nuevos equipos para refinar azúcar cruda de caña, importada de Brasil, Guatemala y El Salvador, que opera entre mediados de octubre y marzo, es decir, en contratemporada respecto de la remolacha; y la construcción y puesta en marcha de la planta Cero K, destinada a la elaboración de edulcorantes sin calorías.
Fuente: La Discusión
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