La falta de recursos hídricos; la deforestación ; más la sobreutilización de animales; ha provocado una paulatina degradación y erosión de los suelos principalmente en la Provincia de Cardenal Caro.
La degradación de los suelos es uno de los problemas más importantes que enfrenta nuestro planeta. La desertificación y la desertización están provocando graves problemas en algunas regiones de la Tierra, especialmente Norteamérica, la zona central y sur de África, el Medio Oriente, algunas regiones de Australia y parte de Sudamérica. La consecuencia de estos procesos degradativos se traducen en la falta de alimentos para los seres vivos y el posterior empobrecimiento de las poblaciones afectadas.
De acuerdo al informe de las Organizaciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), la degradación de los suelos es el “cambio en la salud del suelo, resultando en una disminución de la capacidad del ecosistema para producir bienes o prestar servicios para sus beneficiarios”, lo que, agregan, no es renovable a escala humana.
Los efectos de la degradación de la tierra tiene como principal consecuencia la erosión de los suelos, que provoca el empobrecimiento de la superficie, es decir que el suelo quede inutilizable para actividades humanas o animales. Según lo explicado por la FAO “los cambios en las propiedades del suelo, provocados por la erosión, producen alteraciones en el nivel de fertilidad y consecuentemente en su capacidad de sostener una agricultura productiva”.
Este proceso de erosión tiene dos causas principales: la desertificación y la desertización. La desertización es el proceso evolutivo natural de la Tierra que, debido a los cambios climáticos, provoca efectos negativos en los suelos, principalmente debido al aumento de temperaturas y la falta de agua para alimentar -permanentemente- cierta superficie terrestre. La desertificación, en cambio, es el proceso de degradación de los suelos que se produce por el efecto antrópico -que provoca el hombre-, principalmente por la eliminación de la cubierta vegetal, ya sea por la tala indiscriminada, mal uso de los suelos, el efecto del fuego sobre la cubierta y superficie o la sobreutilización del suelo para el pastoreo de animales.
En Chile el problema es grave. El efecto de la intervención humana en la tierra (desertificación) y el aumento de temperaturas y escasez de agua (desertización) han afectado de distinta forma a cerca de 48.334.300 hectáreas del país, lo que corresponde al 62,4% del territorio nacional; esto afecta directamente a cerca de la mitad de la población. El empobrecimiento del suelo es un problema grave, que es monitoreado de cerca por la Organización de Naciones Unidas (ONU), que ven a nuestro país como el más afectado de Sudamérica.
Según estudios realizados por el Centro de Información de Recursos Naturales (Ciren), dependiente del Ministerio de Agricultura, las zonas más afectadas por este fenómeno son el interior de los valles centrales y los secanos costeros entre las regiones de Coquimbo y Los Lagos. Si bien desde la Región de Coquimbo hacia el norte las causas de erosión son naturales (desertización), de Valparaíso al sur se presentan altos niveles factoriales antrópicos (desertificación), principalmente por razones hídricas, de deforestación y por el cambio de uso de suelos.
EL SECANO COSTERO
Como decíamos anteriormente, la mayor degradación de la tierra en la Región de O'Higgins se da en la Precordillera y el Secano Costero. El Secano Costero se define como el lugar en que la agricultura basa su capacidad hídrica en la pluviabilidad, es decir el agua que cae a través de las lluvias; debido a la falta de agua la agricultura se basa en especies que justamente requieren poca agua, como cereales, legumbres y cierto tipo de frutales.
De acuerdo al estudio realizado por el Ciren, denominado “Zonificación de Erosión y Fragilidad de los Suelos en el Secano Costero de las regiones VI y VII”, que estudió está problemática en el Secano Costero de nuestra región -en las comunas de Navidad, Litueche, La Estrella, Pichilemu, Marchihue, Paredones, Pumanque, Lolol, Peralillo, Palmilla, Santa Cruz, Nancagua, Placilla, Chépica, Las Cabras, Pichidegua, Coltauco (parte) y San Vicente (parte)- y que midió un área de 655.972,7 hectáreas (ha), la degradación o fragilidad de suelos a niveles severas y muy severas -de una escala de cuatro niveles- afecta a 321.321 ha, es decir al 49,2% de la superficie estudiada. En cuanto a la erosión de los suelos, el estudio científico señala que 90.348,3 ha tienen niveles severos o muy severos -de cinco niveles-, lo que representa un 13,8% de la superficie estudiada.
El tema es aun más preocupante cuando la misma cifra es aplicada para los pequeños propietarios -9.111 personas que reúnen un total de 160.939,5 ha (24,7%)-: del total, 106.242,8 ha tienen niveles severos o muy severos de degradación de suelos, lo que corresponde a un elevado 66% del total; mientras que los dos niveles más altos de la evaluación de erosión llegan a 25.382,2 ha, lo que corresponde un 15,% del terreno de pequeños propietarios del Secano Costero.
El panorama en el Secano Costero de la Región de O'Higgins es preocupante. La falta de agua, la paulatina desaparición de árboles nativos -ya sea por tala indiscriminada o por los incendios forestales- y la sobreutilización del pastoreo ha provocado un debilitamiento de la superficie, lo que a su vez ha provocado problemas de degradación y erosión que impiden realizar labores agrícolas, que si bien desde hace décadas que han sido escasas, hoy son más difíciles que nunca.
Seremi de Agricultura, José Guajardo
“La desertificación y el cambio climático llegaron para quedarse”
La máxima autoridad de la materia explicó las consecuencias antrópicas y de la desertización en los suelos del Secano Costero. Además, planteó las principales necesidades para mitigar estos efectos.
El tema de la degradación y erosión de los suelos de la Región de O'Higgins, y en especial del Secano Costero, es un tema que preocupa al Ministerio de Agricultura y a su Secretaría Regional Ministerial. Desde la Seremi de Agricultura O'Higgins conocen el tema, y su actual seremi, José Guajardo, conversó con El Rancagüino acerca de esta problemática local, y que afecta directamente decenas de miles de personas.
El médico veterinario comienza remarcando la prioridad de este tema. “La preocupación mayor que tenemos como Ministerio de Agricultura y Seremi es la forma en cómo ha ido aumentando la erosión en nuestros suelos”. Continúa. “Somos la tercera región más erosionada del país, esto principalmente por los efectos de la sequía prolongada que hemos vivido, que ya lleva 17 años y que en los últimos cuatro ha sido demasiado dura. Hoy estamos viviendo un descanso, con las lluvias de los últimos meses, pero el mensaje es a no relajarnos, porque tal como dijo la Presidenta Bachelet, la desertificación y el cambio climático llegaron para quedarse; en nuestra región es así”, enfatizó el seremi Guajardo.
LAS CAUSAS
Tal como señalamos al principio del presente reportaje, el uso antrópico del suelo es parte importante en la degradación de la tierra. Las quemas agrícolas e incendios forestales, la tala indiscriminada de árboles, la mala planificación de los procesos agrícolas y la sobreutilización de animales son las principales causas del deterioro de los terrenos.
“Me preocupa el tema de los incendios. Uno de los temas más importante es el de las quemas agrícolas, que es una práctica que debe terminar; existe la tecnología y los incentivos -para evitarlos-, y vamos a buscar los recursos para evitar que no sea el fuego un tema para la erosión. Cuando se quema un bosque se pierde riqueza, trabajo, vidas, se arriesga la vida de los abnegados brigadistas de Conaf. Para nosotros es un fenómeno gravísimo, y sabemos que en un gran porcentaje es provocado por el hombre, ya sea por irresponsabilidad, descuido o simplemente porque gozan con el fuego”, indicó el seremi.
Como médico veterinario, José Guajardo sabe perfectamente la responsabilidad que tiene el sobrepastoreo en el suelo. “La ganadería también es un factor, aunque no tan fuerte como en otros sectores, especialmente en la cuarta región (Región de Coquimbo). Cuando tenemos años secos, con muy poco crecimiento de pasto, y ponemos la misma cantidad de animales, o más, éstos se comen todo y el pasto no alcanza a semillar. Al no haber semillas, al año siguiente habrá menos producción de pasto y la tierra comenzará a secarse; con esto se pierde la cohesión del suelo, y a la larga, cuando vuelvan las lluvia, comienza la erosión”, explicó la autoridad.
Por último se refirió al proceso natural de desertización: “estamos frente a un proceso de cambio climático que nosotros no podemos frenar, pero debemos hacer todo lo posible por mitigar estos efectos. Hay que cuidar mucho el tratado del suelo: sin quemas y sin sobrecarga de animales”.
MITIGACIÓN
Tal como señala en el párrafo anterior, la desertización provocada por el cambio climático no es algo que el humano pueda controlar. Sí algo que se pueda mitigar. Evitar la sobrecarga de animales, restringir al máximo el efecto del fuego y potenciar los criterios de forestación son algunas de las posibles soluciones; pero nada de ello puede ser posible si no se administra de la mejor forma posible el recurso hídrico.
“Estamos trabajando para acumular agua en embalses, pero también para invertir recursos en canalización, porque mucha del agua que acumulamos se pierde en el proceso de conducción; también hay que invertir en el riego tecnificado para utilizar de mejor forma este recurso, escaso. Conseguimos con el Gobierno Regional fondos de mil millones de pesos para implementar tranques en el sector del secano. Tenemos una serie de estudios de predios donde se pueden instalar tranques, y esos más otros que pueden venir, tendrán los recursos para seguir embalsando, sobre todo este año donde esperamos una buena cantidad de agua por lluvias” comentó el seremi Guajardo.
La forestación y desarrollo de bosques -los pinares han ganado un importante espacio en la Provincia de Cardenal Caro-, es un tema importante para la mitigación de los efectos de la desertificación y desertización de la zona. Según señala el médico veterinario, “en esta región hemos tenido un avance muy importante en la forestación, de hecho debemos recordar que la Conaf se inició precisamente en esta región, lo que ha sido un apoyo para muchos sectores; si bien nos ha ayudado a generar riquezas, muchas veces nos ha costado que llegue al pequeño agricultor, esa es una tarea pendiente”.
“Hay muchos países que lo han hecho y lo han hecho bien. Debemos aprender de países como Israel o Australia con sus desiertos, que son países que tecnificaron el riego. Cuando hablamos que la temperatura del océano sube un grado, esto nos genera una serie de trastornos; cuando ocurre lo mismo en la cordillera no tenemos generación de nieve. Para nosotros el agua que se genera en la lluvia de invierno, si no tenemos la capacidad de embalsarla, esta se va. En invierno nosotros regamos muy poco, no tenemos cultivos principales; en primavera y verano tenemos la mayor cantidad de cultivos, y en esa época no llueve. Entonces ¿qué nos queda?, la acumulación de agua en forma de nieve en la cordillera, y cuando la temperatura va subiendo, perdemos la capacidad de almacenar la nieve”, finalizó Jorge Guajardo.
Pamela García, ingeniera agrícola
“Podríamos ser una zona donde se produzcan más vegetales subtropicales”
Para la experta en la materia, la ingeniera agrícola Pamela García, “el proceso de erosión se produce por una serie de factores que se producen en el suelo: el primero es la actividad humana, donde la excesiva carga animal va compactando los suelos, quitándole el grado de fertilidad; las malas labores de los sistemas extractivos, en que cosechas y sacas los nutrientes del suelo, pero no los repones; el tema del manejo del agua, en que permitimos que este suelo que está desnudo, expuesto a altas temperaturas, seco, se vea expuesto a importantes cantidades de aguas lluvias en poco tiempo, todo esto arrastra y produce estas cárcavas; el viento también erosiona, por eso hay que tenerlo cubierto con vegetación”.
¿Y cuál es la diferencia de este sector de la Región de O'Higgins, con la depresión intermedia donde están los ricos valles agrícolas? Para García “son suelos con características distintas. Los suelos del valle son mas profundos, con mayor cantidad de materia orgánica, más ricos que los de la costa, por eso tiene una mayor cantidad de variedades. En la costa -Secano Costero- hay praderas, trigo, algunos frutales como los olivos, pero no son suelos ricos ni en materia orgánica ni en estructura. El tema de la vaguada costera debería ser, a futuro, un plus para recolectar agua. Hay iniciativas para recolectar agua en los techos, y también con las mallas -como en el norte con la Camanchaca-”, indicó.
Por último, la profesional técnico de la Seremi de Agricultura se refirió a las consecuencias que podría traer estos cambios. “Hay una serie de factores que, en conjunto, están haciendo erosión. Hay dos claves: el agua y la adaptación de especies a condiciones de temperatura distinta. Muchos pronósticos indican que nuestra agricultura se va a trasladar 200 kilómetros -al sur-, según los modelos. Incluso tenemos viñas en la Araucanía y acercándose a Chiloé. Dicen los expertos que nosotros podríamos ser una zona donde se produzcan más vegetales subtropicales, donde el maíz va ir muy bien, las vides, los cítricos, y se van a reducir las heladas. Pero lo efectivo es que nos damos cuenta del hecho de las precipitaciones, esto es un hecho real y todos lo hemos constatado”, explicó la ingeniero agrícola.
Dos de los más antiguos campesinos del sector
La voz de la experiencia para entender al Secano Costero
Justo Lagos y Pedro Vidal son dos de los habitantes que más conocen esta zona de la Región de O'Higgins, ya que ambos, en sus casi nueve décadas, han vivido toda su vida en este territorio.
La vida en el Secano Costero es tranquila... pero a la vez dura. Eso lo saben los habitantes de este sector de la Región de O'Higgins. La escasez de lluvias y la limitada y a veces nula presencia de canales de regadío provoca un ambiente hostil para la generación de una vida silvestre abundante, como sí se da en otras zonas de la región, por lo que los cultivos son escasos y la capacidad de autosustentabilidad se torna compleja.
Bien lo sabe Justo Lagos, del sector San Miguel, en la comuna de La Estrella. Este pequeño ganadero y agricultor del Secano Costero ha vivido toda su vida en el sector, a pesar de que nació y vivió sus primeros años en una localidad cercana. En sus 86 años de vida este padre de cinco hijas ha vivido de cerca los cambios que ha experimentado el territorio que habita, y al igual que todas las personas de esta zona, sabe que no han sido tan alentadores.
El natural de La Estrella comenta que la geografía del lugar ha cambiado, que paulatinamente la cubierta se ha vuelto más desértica, con menos especies arbóreas, principalmente por la disminución de árboles nativos e incluso de los espinos. Según lo que asegura, el paisaje que vivía cuando joven no tiene nada que ver con el actual. “Ha cambiado el clima, pero después del Terremoto de 1985 se ha acentuado por la falta de agua”. De acuerdo a la experiencia que tiene este campesino el agua ha disminuido considerablemente, tanto en los canales de regadío -de los cuales asegura que siempre han sido escasos-, como el que llegaba con las precipitaciones, siendo el año 2012, el más seco que le ha tocado vivir en estas ocho décadas. “Antes llovían 15 días seguidos, ahora con suerte uno”, agrega el ganadero de ovejas y algunos vacunos.
Debido a la falta de agua -ya sea la que se desplaza desde la cordillera o la de lluvias-, él y su familia han debido aumentar la profundidad de sus pozos para extraer el líquido subterráneo. Debido a esto, don Justo comenta que varias familias colindantes, incluyendo la de una de sus cinco hijas, han debido sortear algunos veranos con agua aportada desde organismos estatales. Si bien sus animales no han tenido muchos problemas por la sequía que les afecta -la mayor problemática para las ovejas es la llegada de perros vagos que matan a los bovinos-, sí los ha tenido con el regadío del trigo. “En esta zona de rulo lo único que se da es el trigo, porque necesita poca agua, igual así hemos tenido problemas”, agregó Justo Lagos, uno de los campesinos más antiguos de toda la comuna de La Estrella.
Otro caso interesante de revisar es el de Pedro Vidal, un agricultor de 89 años de edad del sector de Rinconada de Alcones, en el poniente de la comuna de Marchihue. Este padre de 11 hijos ha vivido toda su vida en este mismo sector, de hecho es parte de las primeras familias que se instalaron en este sector del Secano Costero, por lo que conoce de primera fuente lo que ha ocurrido en este pequeño rincón de Cardenal Caro.
Don Pedro trabajó toda su vida en las labores agrícolas, y de acuerdo a lo que señala, la condición del terreno ha cambiado considerablemente. “Desde hace años que estamos en sequía, antes podíamos, incluso, tener hortalizas, hoy es casi imposible”, señala este campesino que tras la Reforma Agraria dejó de trabajar para los patrones y comenzó a cultivar de forma privada. Según lo relatado por este octogenario, durante el gobierno del Presidente Frei Montalva comenzó la llegada de pinos y eucaliptos, cosa que en un principio no le pareció, ya que venían a interrumpir la escasa vegetación que existía de la Rinconada de Alcones hacia el sur. Hoy, en que el sector surponiente de la comuna de Marchihue está llena de estas especies arbóreas, el parecer de don Pedro es distinto. “Para muchos de los que habitamos acá, los pinos es nuestra forma de vivir”, señala.
Al igual que en el caso anterior de don Justo, don Pedro señala que la sequía ha sido la gran responsable de la escasez de plantaciones alternativas al trigo y los bosques. Para el hombre de 89 años el cambio se venía notando desde hace décadas, pero fue después de los años 80s cuando el tema se volvió problema, ya que con la falta de agua no podían cultivar. Afortunadamente para él y todos los habitantes de este sector, este año 2014 ha sido bueno en cuanto a lluvias, lo que ha posibilitado llenar los atribulados tranques y así atenuar la dificultosa vida agrícola del Secano Costero.
Fuente: Elrancaguino.cl
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