El aviso de venta de un huerto de arándanos de 270 hectáreas, ubicado en la comuna de Río Negro, publicado durante este último mes en una revista de tiraje nacional, reflejó nuevamente la problemática por la que están pasando los productores de berries de la zona, quienes están emigrando del rubro para dedicarse a otro más rentable.
Es el caso de Luis Alberto Sáenz, quien por una década mantuvo en plena producción las17 hectáreas del huerto de arándanos que tiene en la comuna de Purranque. Sin embargo, desde hace tres años se ha vuelto prácticamente insostenible seguir con el negocio, ya que los costos de producción igualan e incluso superan sus ingresos, por lo cual decidió cerrar su huerto.
Sáenz, quien es gerente general de Agrícola Ñancul, explicó que en promedio lo que reciben por cada kilo de arándano exportado bordea los 3 dólares ($1.440 aproximadamente), cuando lo óptimo debería ser 5 dólares ($2.400), ya que los gastos de mantención y producción alcanzan los 3,5 dólares ($1.680).
“Desde hace tres años hemos estado percibiendo una baja sostenida e importante de los precios de retorno, que ha impedido la restructuración del rubro”, sostuvo el agricultor.
Por ello, en este momento están evaluando arrendar o vender el terreno e incluso hacer algún convenio con alguna empresa exportadora, con tal de obtener una mayor rentabilidad.
Mauricio Momberg, presidente de la Comisión de Frutales Menores de la Sociedad Agrícola Ganadera de Osorno (Sago), sostuvo que la baja rentabilidad afecta especialmente a pequeños y medianos productores, ya que al contrario de las grandes empresas, los de menor tamaño no tienen el sustento suficiente para aguantarlas fluctuaciones del mercado y las condiciones climáticas adversas, tal como las que se registraron en noviembre del año pasado con la “helada negra”.
Es por ello que algunos agricultores, según Momberg, están evaluando cambiar de rubro. “En Río Bueno hay un predio que se va a dedicar a la ganadería o lechería y ya están levantando sus sistemas de riego y sacando las plantas, mientras que en Purranque otro huerto ya cerró sus puertas y despidió a los empleados”, comentó.
FACTORES
Los aspectos que han influido en esta situación se deben básicamente al bajo precio del dólar, los constantes aumentos de los costos de producción, encarecimiento de la energía, escasez de mano de obra y factores climáticos adversos.
“Todo esto hace que los productores lleguen a la temporada siguiente con un nivel de endeudamiento importante, que se une a los problemas climáticos, como las heladas de primavera”, ejemplifica el presidente de Frutales Menores de la Sago.
Bajo estas condiciones, un huerto pequeño tiene que solicitar préstamos bancarios para cubrir los gastos de mantención después de la cosecha, cuando, lo normal, de acuerdo a Momberg, es que luego de la cosecha quede un margen de utilidad para pagar las deudas e invertir. “Sin embargo, alguno se quedan con deudas de arrastre”, dice.
Al contrario, quienes sí crecen actualmente son las grandes empresas que tienen toda la cadena de producción en el extranjero.
Según Momberg, a ellos les interesa seguir en este negocio, porque al tener una economía de escala registran menores costos, mientras que un huerto pequeño tiene que dar su producción a consignación y además debe pagar las comisiones por materiales y servicios.
“Eso les lleva a tener poco margen, por eso los productores pequeños están pensando en salir del rubro y dedicarse a otra cosa”, agrega Momberg.
Con respecto a la falta demano de obra para la cosecha, el presidente de la comisión de Frutales Menores de la Sago explicó que las personas tienen hoy en día una menor disposición para trabajar en el campo, ya que existen más alternativas laborales en la ciudad.
Y al carecer de personal para la cosecha, la calidad de la fruta se pone en riesgo, ya que sobremadura y pierde su calidad de exportación.
“Si un huerto necesita 100 personas, pero sólo logra contratar a 60 cosecheros, esa fruta se va acumulando, sobremadura y finalmente sólo se debe enviar a la industria para proceso”, explica.
Al aumentar la cantidad de fruta para la industria también se genera una incertidumbre económica. De hecho, puede ocurrir que un año el valor que paga la industria sea mucho más rentable que el precio de exportación, sin embargo, la siguiente temporada puede ser todo lo contrario.
“Hay temporadas en que el kilo está a 2 dólares 40 centavos, pero al año siguiente puede alcanzar sólo 90 centavos. Es algo errático que impide proyectarse”, señala Momberg.
Esta fluctuación de precios depende de la variedad del fruto, la estacionalidad en que se comercialice y la disponibilidad de stock en el hemisferio norte, “porque si éstos no tienen stock, al año siguiente pagan mucho más, pero eso es algo muy relativo”, comentó.
INTERVENCIÓN
Gabriel Ormeño, presidente de la Comisión de Arándanos de la Federación Gremial Nacional de Productores de Fruta (Fedefruta), sostuvo que lo que está ocurriendo con el rubro es preocupante y necesita una intervención real de las autoridades, porque además de la inestabilidad económica, también hay problemas climáticos, porejemplo, con las heladas y las lluvias en el sur y la sequía en la zona centro y norte.
“Este gobierno está matando la agricultura. En cinco o seis años más va a ser muy difícil competir. Tenemos un ministro agricultor, pero realmente nunca habíamos estado tan mal”, sostuvo Ormeño.
El productor y representante de la Comisión de Arándanos agregó que actualmente la única producción más rentable es la del avellano europeo y los demás están trabajando a pérdida o con muy poca rentabilidad.
A su juicio, el principal problema para los exportadores, más que las lluvias o los granizos que afectaron a la zona central y sur del país durante este verano, es el bajo precio del dólar, que bordea los 472pesos.
“Con el panorama actual es muy difícil proyectar el rubro y saber si esto corresponde sólo a una temporada deficiente. Sólo queda apelar a la eficacia y a la reconversión”, indicó Ormeño.
Sostuvo que para inyectar recursos, tal como están las cosas, ni en 10 años se recupera la inversión, porque la liquidez cada vez es menor.
Para el gerente general de Fedefruta, Juan Carlos Sepúlveda, la situación de los frutales en general es difícil, porque el 60% de los gastos se destinan a la mano de obra y también en los altos costos de energía.
“Todo eso atenta contra el negocio y ha afectado en que, especialmente, los productores nuevos no inviertan en renovar sus huertos, haciendo replantación, ítem que anualmente debería ser de 5%”, explicó.
Dijo que actualmente en el país existen 320 mil hectáreas de frutales, de las cuales al menos16 mil hectáreas se deberían estar replantando, lo que no ocurre debido, sobre todo, a la poca rentabilidad del negocio.
Para encontrar soluciones, Sepúlveda indicó que han estado sensibilizando al Gobierno, para que se den las garantías para permitir la reconversión, modernización y mecanización de los huertos, además de la regulación del dólar, porque el precio del cobre ha distorsionado el mercado y afecta a otros sectores, como al de frutales.
CULTIVOS
Según información del Comitéde Arándanos, entregada por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), el año pasado la cantidad de hectáreas cultivadas con arándanos se incrementóen el país y sobrepasó las 13.162 hectáreas, las cuales se encuentran distribuidas entre las regiones de Atacama y Los Lagos, siendo el frutal con la zona productiva más extensa del país.
En la provincia de Osorno, en tanto, la superficie cultivada con arándanos se ha mantenido en 848 hectáreas durante los últimos seis años (tras el Censo Agropecuario de 2007).
Lo que ha cambiado, eso sí, es la maduración de los huertos, ya que a medida que van aumentando su edad, incrementan sus niveles de producción.Por ende también van demandando una mayor cantidad de mano de obra para la cosecha, un bien escaso en la zona durante los últimos años.
Fuente: Campo Sureño
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